Nuestra cirujana y uróloga pediátrica, Isabel Carrillo Arroyo, contesta a las preguntas más comunes sobre la fimosis.
La fimosis es la dificultad para bajar la piel del prepucio y dejar al descubierto el glande. La fimosis en el recién nacido y el lactante es fisiológica, no hay que tratarla ni realizar maniobras de retracción antes del año de vida.
Los cirujanos no recomendamos los “tirones” ni forzar la piel, porque eso produce fisuras que son dolorosas para el niño, se cicatrizan y aumentan la fimosis.
La limpieza y retracción suave del prepucio debe realizarse después de los 12 meses, suele ser más fácil con el baño y de forma progresiva.
Hablamos de adherencias cuando la piel del prepucio está pegada al glande y no permite su retracción total, pero sin anillo fimótico, es decir, sin estrechez real.
En el proceso fisiológico a partir del año en el que la piel se va desprendiendo del glande se va produciendo además la secreción de esmegma en el surco balanoprepucial, si existen adherencias se pueden observar a través de la piel unos quistes blancos que van aumentando de tamaño si no se liberan esas adherencias.
La retirada de las adherencias puede ser muy laborioso para los padres, si tras un periodo razonable no se han podido eliminar con cuidados domiciliarios en la consulta realizamos un procedimiento de desbridamiento de adherencias bajo anestésico tópico rápido y sencillo.
En muchas ocasiones se puede observar un anillo fimótico, una estrechez de la piel que impide bajar o, incluso, volver a subir esa piel provocando una parafimosis, que es la inflamación y congestión de la punta del pene porque el anillo lo estrangula.
La parafimosis es muy dolorosa y requiere una reducción urgente, volver a la posición normal. Si su hijo ha sufrido un episodio de parafimosis, puede ser recomendable realizar una circuncisión.
La circuncisión es la cirugía que consiste en cortar la piel del prepucio. Se realiza por motivos culturales, religiosos o médicos.
La circuncisión en el paciente pediátrico se realiza en quirófano bajo anestesia general, con puntos de sutura reabsorbible que se caen solos. Es un procedimiento corto con un postoperatorio que requiere cuidados por parte de los padres.
La circuncisión como ritual recomendamos realizarla de la misma forma en quirófano por seguridad para el niño, de forma indolora con un mayor control de hemorragias e infecciones.
La circuncisión por motivo médico cuando existe fimosis se indica a partir de los 2 años de edad. El cirujano explicará si el niño necesita una circuncisión o un procedimiento menor de plastia prepucial.