La vuelta al cole. ¿Cuál es la mejor forma de ayudarles con los deberes escolares?

Deberes - cómo ayudarles
En muchas ocasiones el momento de enfrentarse a los deberes escolares supone un conflicto que se repite cada día generando un ambiente familiar tenso.

Resulta difícil encontrar la manera de ayudarles sin que se generen peleas y evitando asumir nosotros su responsabilidad.

Nuestra psicóloga, Rocío Luengo, nos ofrece algunas claves que pueden romper estas dinámicas y lograr que la hora de hacer los deberes resulte más llevadera para todos.

En primer lugar, es importante que recordemos que cuando nuestros hijos se tienen que sentar a hacer los deberes, ya han realizado una jornada escolar de ocho horas por lo que resulta natural y comprensible que estén casados, con poca motivación o con menor capacidad atencional.

Puede ocurrir que observemos el método de estudio de nuestros hijos y consideremos que no es el adecuado, sin embargo, debemos recordar que existen muchas formas de aprender y es muy beneficioso para los niños que les permitamos encontrar la suya. Por lo tanto, si se sienten seguros y no muestran dificultades en el aprendizaje, es bueno dejar que afiancen sus propias técnicas de estudio.

Es recomendable que los niños puedan anticipar lo que van a hacer a lo largo de la tarde y tengan la posibilidad de acceder a ello siempre que lo necesiten (tener la información únicamente “en su cabeza” puede resultar demasiado abstracto y generar cierta ansiedad). Para esto puede ser de utilidad que tengan un calendario mensual en el que diariamente vayan incorporando las nuevas tareas del colegio y así se puedan organizar y tener de manera visual la distribución de la tarea.

Es imprescindible que los niños cuenten con períodos de descanso ya que es preferible dedicar a la tarea períodos breves pero de calidad, que emplear mucho tiempo en el que la capacidad atencional ha disminuido. No obstante, los descansos no deben ser mayores que el tiempo de trabajo (por ejemplo, si ha estado 45 minutos trabajando, puede dedicarle 15 a descansar).

Por otro lado, es recomendable que el lugar en el que hacen las tareas sea siempre el mismo y un espacio que les resulte cómodo (buena iluminación, material necesario cerca, pocos ruidos, etc.).

Por un lado, no podemos olvidar que uno de los objetivos de la tarea escolar es que los niños desarrollen su responsabilidad y autonomía. En este sentido es bueno que tengamos presente que (aunque a veces es “tentador” hacerles las tareas para evitar conflictos y asegurarnos de que las terminan), es importante que ellos se puedan enfrentar a las consecuencias naturales (que el profesor se enfade, que le pregunten y no lo sepa, etc.) que surgen si “eligen” no hacerla.

En esta misma línea es importante que recordemos que no es necesario corregir sus deberes (ya que eso lo harán en el colegio), los errores que puedan tener son naturales y forman parte de su aprendizaje.

Por otro lado, sobre todo los primeros años, sí puede ser recomendable una cierta supervisión y que sientan que estamos presentes para las dudas que puedan tener. En ocasiones es suficiente que supervisemos la planificación de la tarea (también así sienten nuestro interés) y hagamos una revisión al finalizar el tiempo de deberes para comprobar si han logrado terminarlo.

En el caso de que consideremos en un momento determinado que el volumen de trabajo está creciendo mucho y, a pesar de una buena organización se ven desbordados y no son capaces de terminar los deberes, es conveniente que lo comuniquemos en el colegio por si es necesario ajustar la carga de trabajo en casa.

A pesar de que estas pautas pueden ayudar a mejorar la dinámica familiar a la hora de hacer la tarea escolar, no podemos olvidar que cada niño es diferentes y tiene una manera distinta de enfrentarse al aprendizaje, por lo tanto es fundamental que es observemos y escuchemos con atención lo que nuestro hijo expresa y necesita.

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