Los niños son más vulnerables a las olas de calor que los adultos. ¿Cómo prevenir el golpe de calor en los niños?
Los más pequeños son especialmente vulnerables a estos episodios debido a su menor reserva de agua y su capacidad de sudoración, lo que favorece un mayor aumento de la temperatura corporal.
Hay que prestar atención a la piel, que puede estar muy caliente o seca, y sobre todo a la aparición de síntomas como fiebre, vómitos, mareo o dolor de cabeza.
En el caso de los bebés, debemos prestar especial cuidado si aparecen irritabilidad, taquicardia, respiración superficial, fatiga, debilidad y calambres.
Éstos son algunos consejos para prevenir los golpes de calor.
- Hidratación: En verano, hay que invitarles a beber constantemente, sobre todo si van a realizar actividad física
prolongada en el exterior. - Lactancia materna: Si tienes un bebé alimentado a pecho puedes haber observado que, durante estos días de más calor, hace tomas más cortas y frecuentes, esto es porque el comienzo de la toma contiene más porcentaje de agua y el lactante está
buscando saciar su sed. Se deben ofrecer tomas frecuentes. - Comidas ligeras: Dales alimentos ligeros y aumenta la ingesta de frutas y verduras frescas.
- Cuidado con demasiada actividad: Los niños rebosan energía, pero en las horas centrales del día hay que proponer juegos más tranquilos y limitar el ejercicio físico.
- Ropa: Que usen prendas transpirables, ligeras, holgadas y de tonos claros.
- Proteger la cabeza: Siempre que vayan a estar expuestos al sol, deben llevar gorra.
- Evitar el sol: Favorece que los niños permanezcan a la sombra o en estancias frescas, con aire acondicionado o ventiladores.
- A remojo: Anímalos a que se bañen a menudo o mójalos frecuentemente.
- Nunca: No debes dejar a los niños solos en el coche, aunque estén las ventanillas bajadas; bastan 10 minutos a una temperatura ambiente de 25° para que un niño sufra
un golpe de calor. - Protección: Ponles filtro solar (filtro físico a los más pequeños) siempre que vayan a estar expuestos al sol. Las exposiciones deben ser cortas y deben alternarse con tiempos de descanso a la sombra.
MUY IMPORTANTE: Ante cualquier sospecha de que tu hijo/a sufra un golpe de calor, acude al médico.
Puedes leer el artículo completo de nuestra pediatra Paula García Romero en este link